Eté y Los Problems imaginaron una escena de mar abierto: un marinero soltando palomas al cielo como quien suelta una plegaria.
Una canción honda, bíblica y poderosa que se aferra a la esperanza mientras crecen las olas.
La primera canción de los nuevos Problems, la misma potencia, la misma urgencia rockera, sobre la que vuelan nuevas y delicadas capas de coros y teclados. Una canción que sabe donde empieza, y quién sabe a donde llegará.