“Te invito” es un giro del instante presente, un sacudir de la realidad que dirige el pensamiento hacia el pasado. Es una nota de voz olvidada en un celular viejo, un xote brasilero devenido en una milonga grunge, una balada de 25 watts, un pulular de la consciencia al filo de la vereda en tiempos en los que no había otras opciones.